martes, 17 de abril de 2012

El derecho a una vida sin violencia



Cada día seguimos recibiendo noticias de mujeres agredidas, arrojadas por las ventanas, degolladas, apuñaladas, tiroteadas, apaleadas…Unas “sobreviven” y otras mueren a manos de los hombres que un día eligieron para formar un proyecto de vida en común. Siempre el mismo resultado, aunque nunca la misma historia.

El pasado fin de semana, nos hemos vuelto a despertar con la noticia de dos mujeres muertas a manos de sus parejas en nuestro país, lo que ha vuelto a poner en primera fila que sigue siendo necesario todo el esfuerzo y la colaboración de todas las instituciones e instancias sociales para su erradicación.

Hablar de estos nuevos episodios de malos tratos es mucho más que transmitir una realidad, es reflexionar en voz alta de un hecho que no me deja indiferente, que no nos deja indiferentes, es ponerle nombre y apellidos, rostro, a cada una de las víctimas.

Una de las víctimas de este fin de semana era sevillana y probablemente la violencia hubiese sido en su vida una dinámica habitual y presente en cada uno de los días que convivió con su agresor. Pero siempre guardó silencio, no hizo pública su situación, no denunció.

Rosario, como otras muchas mujeres que siguen sufriendo agresiones por parte de sus parejas, desconocía que no estaba sola. No sabía que podía haber estado informada y acompañada desde los centros de Información a la Mujer, los juzgados, los centros sanitarios.

Y es que hasta que no se interpone una denuncia contra el agresor no podemos empezar a actuar. Es a partir de este momento, con la información y el asesoramiento adecuado cuando ponemos a funcionar los servicios públicos.

Eso fue lo que hicieron durante el pasado año 76 mujeres cada día, que dijeron no a la violencia que sobre ella ejercían sus parejas, que rompieron su silencio y vinieron a buscar ayuda. Deseo profundamente que se hayan sentido seguras, que no las hayamos decepcionado, y que la respuesta inmediata y de acompañamiento permanente que pretende garantizar nuestro sistema haya significado un paso más hacia la conquista de su libertad y de las de sus hijos e hijas.

El creciente número de denuncias interpuestas por malos tratos en los últimos años es, sin duda alguna, una buena noticia, pero sabemos que como punta de un iceberg, esta epidemia social sólo deja ver una mínima parte del problema. Por eso tenemos que llegar a todas las mujeres, es necesario y urgente, porque, para ellas, puede suponer un seguro de vida.

La mejor forma de hacerlo es mediante la información y la sensibilización social frente al grave problema de la violencia de género, y extender la tolerancia cero hacia el maltrato. Retroceder en las actuaciones contra los malos tratos es dejar desprotegidas a las víctimas. Por eso necesitamos seguir aunando esfuerzos y seguir dando respuestas desde todas las administraciones públicas, agentes sociales y económicos, medios de comunicación... En definitiva, desde toda la sociedad, porque nadie puede estar al margen de esta lucha que afecta a los derechos fundamentales de las mujeres.

Andalucía no dará pasos atrás, seguiremos caminando en la dirección correcta, poniendo el acento en la prevención desde el prisma de que para atajar la violencia también se requiere remover las raíces mismas de la sociedad, por la profunda huella que siglos de desigualdad han dejado en nuestra conciencia social. En el terreno económico, en el político, en el familiar, en el social y en el cultural, aspiramos a otro modelo de convivencia. Por eso, vamos a seguir trabajando en todos los frentes. Lo hemos hecho aumentando los recursos, tanto en la prevención como en la atención a las víctimas. Lo hemos hecho en todos los niveles, desde la formulación de políticas públicas hasta la atención sanitaria o la labor judicial.

Esta lucha ha sido el gran objetivo del Gobierno andaluz y lo seguirá siendo. Hemos avanzado, sin duda, pero acabar con esta lacra nos va a exigir a todos, a todas, a toda la sociedad, mucho más. Y el Gobierno de Andalucía está dispuesto a seguir con este gran esfuerzo y no vamos a parar por muy largo o difícil que parezca este camino.


miércoles, 21 de marzo de 2012

Más allá de las palabras, hechos







 
Hoy, Día Internacional de la Discriminación Racial, es uno de esos días para pensar en Andalucía, pero también para dirigir la mirada hacia el exterior, hacia ayuntamientos de otras comunidades autónomas y hacia otras partes del mundo y países de nuestro arco mediterráneo. Para encontrar la respuesta al motivo de esta fecha, tenemos que situarnos en un día como hoy de 1960. Ese día, la policía abrió fuego y mató a 69 personas en una manifestación pacífica contra las leyes de países del apartheid que se realizaba en Sharpeville (Suráfrica). Han pasado cincuenta años y, a pesar del esfuerzo internacional para eliminar todas las formas de discriminación racial, en muchas regiones, muchos hombres y mujeres, sufren la ilógica injusticia que supone el racismo.

En la actualidad, no hace falta irse muy lejos para embarcarnos en un triste viaje que recupera discursos más propios de movimientos populistas y xenófobos que creíamos extinguidos, como utilizar, en campañas electorales, espinosas propuestas de revisión del Tratado de Schengen, “si a través de las fronteras exteriores de la Unión Europea se siguen colando inmigrantes”. Sin duda, hay palabras que duelen y hechos que hacen mucho daño.

Cuando la economía crecía y generaba empleo, necesitábamos "mano de obra" que se ocupara de aquellos trabajos que rechazábamos. Y no es justo utilizar la situación económica para colocar en la diana a la población inmigrante como causa de la imposibilidad de mantener los niveles de protección social. Me pregunto cómo se puede educar en el respeto, la solidaridad y la integración si hay países o ciudades o pueblos que ponen en marcha políticas de desahucios colectivos, que arrasan campamentos, que cortan el suministro de luz y agua, que no ofrecen alternativas, que ni tan siquiera han planteado un plan de inclusión social e inserción laboral, que muestran un nulo interés por conocer prácticas exitosas desarrolladas en otros países... Por lástima, sobran las palabras y hay que recurrir a unos tristes puntos suspensivos.

Para conmemorar esta fecha, seguramente habrá medios de comunicación que muestren alguna escalofriante imagen de prácticas racistas y actitudes xenófobas consecuencia de injustas leyes todavía perennes en países de África y Asia. Afortunadamente, también habrá medios que se hagan eco de multitudinarias manifestaciones en contra de cualquier tipo de discriminación racial. Como dijo José Saramago: “todas las protestas, todos los clamores, todas las proclamaciones contra el racismo y la xenofobia son justas, necesarias y bienvenidas”.

Conmemorar el Día Internacional de la Discriminación Racial también requiere una mirada a nuestro entorno más cercano y reflexionar en los cambios que la sociedad andaluza ha experimentado en esos aspectos quizá menos visibles e intangibles de los andaluces y las andaluzas. Nuestra Comunidad ha ido descubriendo la riqueza de una sociedad intercultural mientras se desarrollaban políticas públicas que luchaban contra todo tipo de desigualdades, apostando por la igualdad de oportunidades para todas las personas e incorporando medidas específicas para minorías y grupos más desfavorecidos.

Andalucía ha sabido incorporar la riqueza de la diversidad cultural a nuestro capital social, promoviendo la atención a las personas que residen en nuestra comunidad autónoma, sin importar su origen o características socioculturales; y fomentando los valores vinculados al respeto a la diferencia en el marco de los derechos humanos. Tal vez sea el momento en que Europa y España deban mirar hacia Andalucía en estas políticas.

Es cierto que no está todo hecho ni podemos caer en la autocomplacencia, pero tenemos un amplio camino recorrido en integración social, en incorporación laboral o en intervención integral, que nos permiten ser una sociedad en progreso, plural y tolerante. Andalucía debe mantener su marca propia como tierra de acogida, que sabe convivir entre diferentes culturas y que confía en la igualdad plena entre todas las personas, vivan donde vivan y sean de la procedencia que sean. El reto de hoy jamás puede ser un reto que ya habíamos superado anteriormente, una vuelta al pasado...

Como ven, una vez más sobran palabras y hay que recurrir a los puntos suspensivos.


jueves, 8 de marzo de 2012

Ni un paso atrás




En los últimos 30 años las mujeres hemos dado pasos muy importantes hacia la igualdad. No ha sido un camino fácil. De hecho, seguimos caminando. Y lo hacemos porque muchas mujeres, antes que nosotras, comenzaron a recorrer esa senda. Mujeres feministas, organizadas, mujeres de asociaciones y de partidos políticos, mujeres comprometidas, mujeres que lucharon por nuestros derechos, nuestras madres y abuelas, que construyeron una sociedad más igualitaria y que pelearon por nuestra libertad.

Este 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, no es como el de los últimos años. Porque este 8 de marzo las mujeres tenemos poco que celebrar y mucho que reivindicar. Se avecinan tiempos difíciles para la igualdad en nuestro país. Hace apenas un año, costaba pensar que todo lo conseguido, todo lo logrado con el esfuerzo de muchas y muchos, podría caer como un castillo de naipes.

Durante los últimos años nuestro país ha destacado en el ámbito internacional, ha sido una envidiada referencia en todo lo relativo a la igualdad de género.  Han sido los avances más significativos y profundos de nuestra historia. Leyes de importante calado como la de Igualdad y contra la Violencia de Género han logrado situarnos como referente europeo en políticas innovadoras para la igualdad y han configurado los pilares fundamentales para luchar contra la discriminación, que son los que sustentan, tal y como la ONU lo denomina, la “arquitectura de género”.

El ansiado objetivo de la igualdad formal, como antesala de la igualdad real,  empezaba a ser una realidad. Pero no hay nada consolidado. Cada día nos lo demuestra el actual Gobierno del PP, que  ya ha iniciado el retroceso en derechos y comienza a hacer realidad sus amenazas de revisión o supresión de los avances legislativos en materia de igualdad. Empezamos a saber cuáles son sus intenciones. Ya sabemos que cuestionan el derecho a que una mujer decida libremente sobre cuándo y cómo quiere ser madre; también, que no aceptan el derecho a que las personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio, y también sabemos, desgraciadamente, que corremos el riesgo de perder una protección eficaz contra la violencia de género. 

Una mención aparte hay que hacer a la Reforma del Mercado Laboral, que atenta directamente contra los derechos laborales de todos y de todas, pero especialmente se ceba con los de las mujeres. Peligra el derecho a la  conciliación, acrecienta los obstáculos en el acceso y en el mantenimiento del empleo, así como en la promoción y va a repercutir en el aumento de la brecha salarial. Y, como consecuencia directa, esa diferencia de retribución acompañará a las mujeres a lo largo de su vida, con menores prestaciones por desempleo y pensiones de jubilación más bajas.

Así que no sólo seremos más pobres, sino que tendremos también menos poder de negociación con respecto al ámbito familiar, para alcanzar acuerdos en materia de corresponsabilidad. Y es así como cerramos este círculo tan peligroso, regresando al principio, retrocediendo. Ninguna economía, y menos aún en tiempos de crisis, se puede permitir despilfarrar la mitad del capital humano. Seguir relegando a las mujeres al trabajo doméstico, poniendo como excusa la crisis económica, acaba siendo más costoso que implementar medidas para que los hombres compartan las tareas del hogar y del cuidado y más costoso aún que la puesta en marcha de recursos públicos que permitan la conciliación, que es como Andalucía quiere contribuir a dinamizar el mercado de trabajo dentro del nuevo patrón de crecimiento.

El objetivo del Gobierno andaluz es desarrollar políticas para un modelo de crecimiento cohesionado,  que sea capaz de ofrecer mayores oportunidades a la infancia y la juventud, más seguridad y bienestar a las personas mayores y en  situación de dependencia, y a su vez generar empleo para los hombres y mujeres de Andalucía. Políticas que no dejen atrás a nadie. La desigualdad nos lleva siglos de ventaja, cualquier paso atrás va a suponer que, por primera vez en la historia, nuestros hijos y nuestras hijas corran el riesgo de no poder disfrutar de derechos por los que pelearon nuestros padres y nuestras madres. Porque nos queda mucho trabajo por hacer, y aún más esfuerzo por realizar, este 8 de marzo hago, más que en ningún otro, un llamamiento a toda la ciudadanía para que siga reclamando el derecho a la igualdad real entre hombres y mujeres.




martes, 28 de febrero de 2012

Feliz día de Andalucía, #28F



Hoy, 28 de febrero, nos despertamos con un día festivo celebrando el Día de Andalucía.

Mientras tomo café y leo la prensa, reflexiono en posibles situaciones cotidianas que podrían darse en un día como hoy.

Pienso en el parque e imagino a un grupo de personas mayores recordando aquel referéndum de 1980. Palabras como momento histórico, esfuerzo, progreso, derechos, autonomía... creo que saldrían en esa conversación.

Pienso en muchas niñas y en muchos niños preguntando por qué hoy no tienen clase y a sus mayores intentando encontrar una respuesta fácil de comprender.

Pienso en estudiantes haciendo un trabajo del Día de Andalucía o quizá una redacción de las razones por las que les parecen que es importante el Estatuto de Autonomía para Andalucía.

Pienso en un grupo de senderistas en cualquier punto de la geografía andaluza. Asocio términos como diversidad, sosiego, paisajes variopintos, calidez, cercanía, diálogo.

Y también hoy, Día de Andalucía, pienso en muchas familias que lo están pasando mal y que resolver sus problemas es nuestra principal prioridad.

miércoles, 22 de febrero de 2012

BRECHA SALARIAL 0%



22 de febrero
Día Europeo por la Igualdad Salarial entre Hombres y Mujeres

En Andalucía partimos de una premisa clara: “a igual empleo, igual salario”. Por tanto, nos marcamos como objetivo la brecha salarial “cero”. Porque el principio de igualdad retributiva es esencial para alcanzar la igualdad de género.

Las diferencias salariales entre mujeres y hombres no es un hecho aislado, forma parte de lo que podríamos definir como “desigualdad histórica”. Y si a esto le añadimos que son las mujeres, habitualmente, las que tienen que dedicar más tiempo al ámbito doméstico y familiar, lo que conlleva que muchas tengan que interrumpir su carrera profesional.

Por eso es tan importante luchar desde las causas que la originan, usando la educación como principal vehículo para alcanzar la igualdad de oportunidades. Hay que llegar a la raíz de la desigualad. Y no sólo por una cuestión de Justicia, que también indiscutiblemente, por una cuestión de eficiencia. Tenemos que posibilitar que la inversión que se realiza en la formación de hombres y mujeres retorne a la sociedad íntegramente, y no sólo en un 50%.

Tenemos un importante cuerpo legislativo, medidas emprendidas y recursos puestos en marcha. Ello nos ha permitido avanzar, indudablemente. Si comparamos al salario medio anual entre 2008 y 2009 las diferencias por género se han reducido un 11%.

Pero hay que seguir dando pasos, con actuaciones dirigidas a corregir la desigualdad laboral, como se plantea en el Plan Estratégico para la Igualdad entre mujeres y hombres, sobre todo en el acceso al empleo, condiciones laborales, progresión de la carrera, formación...

Las mujeres andaluzas han demostrando, sobradamente, que su aportación es clave para el desarrollo y el crecimiento de Andalucía, y en estos tiempos de dificultades económicas y laborales son imprescindibles para salir de la crisis. Porque la crisis no puede ser el pretexto para retroceder, en cuanto a derechos de las mujeres o de la ciudadanía en su conjunto.

Por ello, hoy 22 de febrero, es un día para concienciar, para concienciarnos de que esta realidad existe y para llamar a la unidad de acción a todos los agentes implicados a tomar iniciativas conjuntas para eliminar la brecha salarial.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Compromiso: #Hagamos_nuestro_propio_camino


El compromiso es un sustantivo progresista que debemos poner en valor. Tenemos que alimentar nuestro compromiso para contagiarlo a los demás. Una persona con compromiso tiene mayor capacidad de influencia. Tenemos que sumar esfuerzos y evitar el “no sé hacerlo”, “no puedo”, “lo veo complicado”, “para qué”, “no tengo capacidad”...

#Hagamos_nuestro_propio_camino para pensar en el presente sin destruir el futuro, frente a quienes quieren retroceder 30 años.


#Hagamos_nuestro_propio_camino para ilusionar con este proyecto que hemos forjado entre muchas personas. Un modelo social, democrático y justo.

#Hagamos_nuestro_propio_camino para afrontar grandes retos desde un programa socialista que apuesta por la igualdad, como generadora de desarrollo y bienestar para la ciudadanía.

miércoles, 1 de febrero de 2012

El afán de la derecha contra los derechos



El Ministro Gallardón nos quiere llevar 30 años atrás, a una Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que también fue recurrida al Tribunal Constitucional por la derecha en aquel momento. Una Ley de supuestos, la única posible cuando España terminaba de salir de una Dictadura.

Una Ley de supuestos que, como se demostró durante su vigencia, generaba mucha inseguridad jurídica a las mujeres y a profesionales sanitarios.

Es asombroso el afán de la derecha de este país por no llamar a las cosas por su nombre, en un ejercicio de hipocresía y de doble moral. Las parejas del mismo sexo, por ejemplo, pueden vivir unidas, convivir, lo que quieran, siempre que no osen llamarse “matrimonio”.

Por cierto, ¿van a retirar el recurso al Constitucional sobre esta Ley, o también la van a derogar?

Las mujeres pueden interrumpir su embarazo, como demuestran los datos de esos años, si alegan trastorno psicológico, como ha sido en más del 90% de los casos, ¿alguien en su sano juicio se cree que esto sea cierto? Si lo fuera, sería realmente preocupante. La realidad es que era la única puerta abierta para aquellas mujeres que no contaban con el dinero suficiente para hacerlo fuera de España, o que no querían poner en riesgo su salud.

Quieren llevarnos de nuevo a que solamente quien tenga dinero para pagarlo se pueda ir fuera, como ya hacían cuando no había reglamentación en España, instalando nuevamente a profesionales sanitarios y a las mujeres en la inseguridad jurídica.

Eso sí que genera angustia psicológica.